lunes, 22 de marzo de 2010

¡Mi vida sabe a Sancocho!

Me siento a escribir, y mientras observo las letras de mi teclado, busco en el torbellino de emociones que se mueve rápidamente dentro y fuera de mí, una manera para comenzar a expresar lo que me ha llevado a estar escribiendo ahora mismo. Sonrío, lágrimas adornan mis ojos y a la vez mi teclado, mi corazón late rápidamente y siento que mis dedos escriben solos. ¿Por qué será? ¿Qué estará pasando? ¿Qué habrá pasado? ¿Qué pasará?

¡Que muchas preguntas! Preguntas que florecen mientras contemplo la obra que Dios sigue haciendo en mi vida. Preguntas que se hacen latentes al recordar y revivir como Dios manifestó Su Gloria durante todos los ensayos y funciones de: ¿Que tú hiciste qué? Preguntas que me acercan más a la voluntad de Dios, a su plan perfecto y hermoso.

Reconozco que la emoción que ahora mismo baila dentro de mi, me roba sonrisas espontáneas e incontrolables. Y es que el saber que Dios ha extendido mi familia con unas personas tan hermosas, me hace gritar de alegría y agradecimiento. Hoy, puedo afirmar que desde que he compartido con los Sancocheros de la obra, mi vida a tomado otro rumbo, un rumbo Santo y precioso.

Lo que pasa en mi vida es el producto de una conexión tan extrema con cada uno de los que al igual que yo, aman servirle al Señor con entrega y pasión, sin importar los sacrificios que haya que experimentar. Pasa, que me llena y vivifica la vida el ver como las vidas son transformadas a través del producto fruto de nuestra obediencia. ¡Y bendito sea el nombre del que con Amor nos usa para expansión de Su reino a pesar de nuestra humanidad!

Durante el proceso de preparación, fue rico disfrutar la transformación trascendental que cada uno de los participantes atravesó para llegar al producto final. Cada ensayo era de regocijo a mi alma, cada línea del libreto fue calando en mi memoria y penetrando cual bálsamo bendito que reconstruye toda herida. Y cuando llegó este fin de semana intenso que acaba de culminar, solo cabía en mi vida espacio para la gran expectativa de lo que Dios iría a realizar en el proceso.

La verdad es que como siempre, fuimos como cumpleañero que recibe una gran fiesta sorpresa en su especial día. Nuestro Padre nos demostró y recordó, que cuando depositamos nuestra vida entera en Sus manos, Su poder se encargará de hacer y deshacer, y Su Gloria nos cubrirá con misericordia. Hemos sido testigo de la magnitud de los planes de Dios y de su alcance evangelístico si nos dedicamos a perseguir la excelencia para mantenerla presente en nuestros planes y vida entera.

Quiero seguir escribiendo, pero se me está haciendo difícil. El aliento entrecortado me dificulta el seguir haciéndolo. Y es que siento Su presencia apoderándose de mi ser en estos precisos momentos, siento como mi corazón es abrazado con ternura y como mis ojos son abiertos ante Su visita. No hay nada imposible, no hay nada ni nadie que logrará impedir o detener lo que Dios ha comenzado. Porque cuando los jóvenes se levantan agarrados de las manos seguras de Dios, podrá caerse el mundo, pero nunca se caerá el que Guarda nuestra vida. Planes hacia otro nivel son los que serán depositados en los corazones, planes que serán dirigidos hacia una restructuración, una misión compleja, pero la Sabiduría sobreabundará ante todo.

Wow, a la verdad que Dios es tan hermoso, tan perfecto, tan ÉL. Que solo me resta culminar diciéndoles que los AMO con todo mi corazón y que nada será capaz de separarnos ahora que Dios no ha unido. Él sabe el por qué lo hizo, Él sabe el para qué y también por qué nosotros. Ahora, seamos prudentes y sensibles a la voz del que hasta el día de hoy nos ha demostrado que nunca falla y siempre permanece con Poder y Gloria.

Mi vida hoy sabe a Sancocho. Y sé que existe mucha gente que necesita de ese Sancocho que le dará sabor a su alma. Continuémos la misión que ha sido depositada en nuestras manos. Seamos diligentes en todo tiempo, porque Él se encargará de hacer Su parte.

¡Gracia mil por la oportunidad de servir!

Mis saludos más profundos,

E

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